André Derain

André Derain
Fonds Alain Bouret / DR
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André Derain se inició en la pintura desde muy joven, sobre todo junto a Maurice de Vlaminck, con quien pintaba al aire libre en los alrededores de París. En 1905, tras pasar un verano con Henri Matisse en Collioure, fue uno de los pintores «fauvistas» que participó en el Salón de Otoño de ese mismo año, exposición que lo dio a conocer al público y a las vanguardias. En 1909, el marchante Daniel-Henri Kahnweiler le encargó varios grabados en madera para ilustrar L’Enchanteur pourrissant (El encantador putrefacto) de Guillaume Apollinaire.

A partir de 1911, tras breves experimentaciones cubistas, Derain cambió de estilo y regresó a la tradición. Al estar en el frente durante la Primera Guerra Mundial, al igual que otros muchos artistas, Derain dejó de pintar pero su reputación siguió creciendo en París. De hecho, en 1916, el joven Paul Guillaume expuso su obra en su galería de la Avenue de Villiers de París. En 1919, el director de los Ballets Rusos, Serge de Diaghilev (1872-1929), le encargó los decorados del ballet La Boutique fantasque (La juguetería mágica).Este fue el comienzo de una carrera como decorador que duró hasta 1953.

En la década de 1920, a André Derain se lo consideraba como el mejor representante de la tradición francesa, y en 1928 recibió el premio Carnegie, que le granjeó un enorme prestigio internacional. Sin embargo, su controvertida participación en el viaje de los artistas franceses a la Alemania nazi en 1941 empañó para siempre su reputación y su carrera.
Derain mantuvo un contrato con Paul Guillaume desde 1923 hasta el fallecimiento de este último. De las decenas de obras del artista de los años 1920 y 1930 que poseía el marchante, su viuda, Domenica, gran admiradora de su arte, conservó veintiocho.

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